“En 10 años no habrá corridas de toros”
El activista argentino que logró que en cuatro provincias de España se prohíban las “faenas del olé” conversó en exclusiva con La República sobre su percepción mundial.
Carlos Contreras C.
¿Ha sido una lucha muy dura lograr que en Barcelona eliminen las ferias taurinas?
En cualquier parte donde nos propongamos cambiar esta realidad, la labor siempre va a ser dura. Ahora vivimos en una sociedad donde hoy por hoy tenemos a la época de nuestro lado. Creo que las corridas de toros se han quedado fuera de la moral de nuestra época el día que fueron excluidas en la Ley de Maltrato Animal. Está prohibido matar y torturar animales en espectáculos realizados en los ocho países con tradiciones taurinas. Sin embargo, se hace una excepción con las corridas de toros. Y esta excepción quiere decir que hay algo que no funciona bien, algo que no cuadra con los tiempos que estamos viviendo. Por eso, es la juventud la que tiene que decidir cómo tiene que ser la sociedad del futuro y, actualmente, es la juventud que mayoritariamente está contraria a las corridas de toros.
Te confieso que cuando llegó la noticia al Perú, nos extrañábamos porque Barcelona es una ciudad tradicionalmente taurina. ¿Cómo consiguieron esto?
Era la primera vez que el Parlamento (de España)nos escuchaba. Antes el único recurso que habíamos encontrado eran manifestaciones en las puertas de la plaza de toros. Pero eso no era suficiente, solo eran protestas... Lo que hicimos fue una propuesta de reconversión del sector taurino. En esto momentos una plaza de toros de Barcelona se reconvirtió en un centro comercial y se entregan 820 mil horas de trabajo al año, cuando antes en la plaza de toros se generaban 2.500 horas de trabajo al año. Por lo cual hemos cambiado de una forma positiva, buena. Hemos dado el paso en el progreso moral y no hemos hecho esto contra los taurinos, lo hemos realizado con ellos porque fue un proceso democrático. Este recurso lo utilizamos, lo llevamos al Parlamento, dimos nuestros argumentos y ganamos. Así fue.
Todo un proceso de años...
Fue un proceso que duró tres años y finalizó el 28 de julio del año pasado, en una votación histórica en el Parlamento de Cataluña. Luego seguimos el proceso que nos imponía el Parlamento de ese país. Recogimos una determinada cantidad de firmas y dimos nuestros argumentos y estos fueron aprobados. Yo creo que esto va a pasar también muy pronto en el Perú.
Y la norma se aplicará en las cuatro provincias de la Comunidad Autónoma de Cataluña...
Claro, se dará en las cuatro provincias que son Girona, Tarragona, Lleida y Barcelona. Las cuatro se han visto involucradas con esta norma que es justa, valedera. La prohibición entrará en vigencia el primero de enero de 2012.
¿Cómo observas la situación del Perú respecto a la lucha por abolir estas actividades?
Yo creo que ahí donde hay corridas de toros existen movimientos abolicionistas. Los procesos empezaron en todo el mundo. La diferencia con Cataluña es que en esta ciudad se terminó antes. Yo creo que no van a pasar más de diez años sin que se acaben las corridas de toros en el mundo. Más bien, hay que ver cuáles son los próximos pasos. Ahora, sin ningún lugar a dudas, el Perú es un país que no debe sentirse identificado con las corridas de toros... En un sentido amplio, la cultura latinoamericana (lo sé bien porque yo soy argentino) es más cercana a la naturaleza que la cultura que se plantea en Europa. Por lo cual creo que no pueden pasar muchos años sin que el Perú tome una decisión en el mismo sentido que Cataluña.
En estos días que estás en el Perú, ¿hay algún mensaje para las autoridades de este país?
Es una irresponsabilidad política que se siga permitiendo la entrada de menores de edad a las corridas de toros. Eso es corrupción emocional de menores. Y no debemos permitirlo porque es contrario a lo que dice la Constitución Política del Perú. Insto a los legisladores a que sean responsables y creen una mesa de trabajo entre activistas taurinos, antitaurinos, expertos en el área financiera y de trabajo. Estos últimos para la reconversión de los puestos de trabajo, porque también encontramos que hay personas que no llevan pan a su hogar.
“De cada 10 que van a feria de Acho, 9 no saben nada”
Este proyecto que profesan es de convencimiento, ¿cuáles son las propuestas que se les brinda a los aficionados que gozan de esta ‘tradición’?
Yo siempre digo que tienen que hacer un esfuerzo, así como todas las generaciones han hecho esfuerzos para el progreso moral de sus civilizaciones, de sus ciudades y países. La gente ha hecho revoluciones donde se ha perdido vidas y lo ha hecho para que en el futuro vivamos un poco mejor. Los aficionados actuales lo que tienen que hacer es un esfuerzo para que en el futuro los jóvenes no necesiten seguir yendo a las corridas de toros, para que no haya nuevos aficionados. Esto hay que hacerlo en esta generación.
¿Eso quiere decir que hay ignorancia taurina en el Perú?
De cada 10 personas que ingresan a la feria taurina de Acho, nueve son absolutos ignorantes de lo que está sucediendo adentro. No saben nada de la liturgia, no saben nombres de 10 toreros, no saben de 10 ganaderías, pases o lances. Por lo cual el taurismo no puede ser considerado en nombre de la cultura. En el Perú si hay 500 o 1.000 aficionados son muchos, porque el resto es público que no sabe cuándo debe aplaudir o cuándo debe sacar los pañuelos. Eso en nombre de la cultura no se puede defender. Lo que se está defendiendo es la ignorancia y el sadismo por el sadismo mismo.
